Boleta única (¿electrónica?)


El Congreso Nacional está tratando en estos momentos la ley de reforma política. Uno de los puntos que se están tratando es la posibilidad de cambiar la forma en la que tenemos los argentinos de emitir el voto.

Actualmente, se usan boletas partidarias y una de las opciones que baraja el oficialismo es introducir el voto electrónico. Pero antes de discutir el voto electrónico en sí, veamos primero algunas consideraciones necesarias de los sistemas de votación. Bruce Schneier en su blog (schneier.com) explica que en nuestras democracias modernas, cualquier sistema de votación tiene que cumplir con las siguientes premisas y ellas cumplirse de manera simultánea:

1) Precisión: se debe lograr que se respete fielmente la voluntad del elector y que ese voto sea contado en el recuento final.

2) Secreto: nadie debe poder lograr saber, inferir o adivinar el voto de cada ciudadano. Esta premisa es crucial.

3) Resistente a fallos: la votación debería poder continuarnormalmente ante imprevistos o fallos

4) Fiscalización Universal: Que toda persona que sepa leer, escribir y contar pueda ser capaz de lograr auditar el proceso eleccionario. No debería exigirse conocimientos especiales para fiscalizar una elección.

Hecha esta aclaración, Políticas para la República quiere expresar que a pesar que usamos tecnología de la información para casi todo en nuestra vida cotidiana, existen varios problemas al aplicarla al acto mismo de emitir el voto, es decir usar voto electrónico. Vamos punto por punto de los arriba mencionados:

Preciso: Los legisladores seguramente tenían en mente las experiencias de dos distritos al redactar el proyecto de ley. Se trata de los casos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de Salta, en donde se usa un sistema de voto electrónico que graba el voto en un chip incrustado en una boleta de cartón, además de imprimirlo en la misma. El votante no puede asegurar a priori que su voto grabado en el chip (y que es el que se cuenta usando las maquinas) sea el mismo que está impreso. Experiencias de fiscales y presidentes de mesa han comentado que no se suele controlar eso y se confía en la maquina.Otro problema surge, porque investigadores independientes han mostrado que se pueden grabar varios votos en un chip o leer el voto grabado en el mismo usando un teléfono celular con tecnología NFC.

Secreto: Mediante esta forma novedosa de sufragar es difícil asegurar el secreto del voto. Si bien usamos la informática para trámites bancarios y para compras en línea la clave para que esto funcione es la ausencia del secreto, es decir en todo momento se tiene que asegurar quién hace qué y cuándo; y además esa información tiene que quedar registrada para hacer auditorias. Obviamente en el caso del voto,al contrario de otras actividades como puede ser home banking, no debe quedar rastro para asegurar el voto secreto.

Resistente a fallos: El software es complejo y además susceptible a fallas, ya que es producto de la creación humana. Los software complejos son difíciles de crear y es difícil asegurar que no tengan errores. Sólo se pueden repararlos que se encuentren(que suelen ser un subconjunto de todos los errores). Además al corregirlos existe la posibilidad de agregar nuevos errores a corregir los antiguos.

Fiscalización Universal: Aleja a las personas comunes de la fiscalización del proceso electoral al requerir expertos para controlar el funcionamiento tanto del hardware como del software. Un presidente de mesa y los fiscales partidarios tienen que confiar en que la máquina haga lo que se supone que tiene que hacer pero no pueden asegurar que realmente lo haga.

La mejor forma de mejorar el sistema actual de boletas partidarias es usar un sistema ampliamente usado en el mundo, en la provincia de Córdoba, en la provincia de Santa Fe y por los argentinos residentes en el exterior: la boleta única en papel impresa por el gobierno. Es barato de implementar y universalmente fácil de fiscalizar. Las debilidades de este sistema en papel son ampliamente conocidas lo mismo que las formas para mitigarlas. Lo que haría aún mejor al sistema, sería la utilización de una boleta única en papel por categoría, dando al elector la posibilidad de elegir a quien quiere votar categoría por categoría, cosa que hoy en día también se puede hacer cortando la boleta partidaria. Sin embargo, la boleta única en papel por categoría perfecciona ampliamente esa posibilidad dándole total control al elector sobre su sufragio.