Es hora de un Estado presente


Por Armando Sánchez

Preocupación. Es el estado de ánimo que de muchos percibo del otro lado del teléfono. Uno puede entender la cuarentena, agradecerla, aceptarla, y llevarla a cabo; y esperar que todo esto termine pronto. Y así estamos, en medio de este trazo de nuestras historias, que no vamos a olvidar. Apuesto a que no.

Sostenemos la esperanza de que quienes están gobernando habrán pensado esta vez de manera integral, pero cuando llegan los anuncios, uno se encuentra con un benevolente muro. Un muro que dice que va a cuidarte y que te cuida, pero que pareciera que no te escucha, porque no te tira un centro.

Con el espíritu de poner a la persona en el centro, de abrirse al otro y compartir las preocupaciones, teléfono mediante, me puse en contacto con algunos amigos y conocidos. Ellos son cuentapropistas, empleados y dueños de emprendimientos, pequeños comercios, pequeñas y medianas empresas. Cómo hacen con los alquileres, que han podido pagar, qué no, cómo hicieron con los empleados, cómo los encontró todo esto, cómo ven el futuro, y si recibieron alguna ayuda del Estado, eran los puntos que íbamos repasando en la charla.

Con mi hermano somos unos de ellos, tenemos un pequeño comercio. Como muchos, la venimos remando en medio de algunos años complicados. Y llegó el aislamiento y tuvimos que cerrar. Mi hermano es quien depende al 100% de que esto funcione, así que mientras tanto, suspendimos algunos servicios y estamos estirando con el dinero que había.

La gastronomía, sin el pan y sin la torta

Varias de las personas con las que me contacte tienen en común pertenecer a este gran sector, desde panaderos hasta cafeterías y restaurantes. Algunos no pueden abrir y otros quedaron en el medio, pueden abrir pero no venden, y como pueden abrir ya están avisados que no habrá ninguna ayuda para ellos.

Paul, un empresario propietario de un restaurante, con muchos años en el rubro, me decía: “Estamos jodidos y vamos a estar jodidos. Todavía no podemos abrir y esto será por dos o tres meses más. Por ahora la principal preocupación es abril”. Cuando dice abril se refiere a lo que da vueltas en la cabeza de muchos en este momento, pagar los sueldos de abril; y agrega “Nadie tiene un mango. Y el gobierno está dando vueltas en la instrumentación de medidas. Es difícil si no generamos ventas. Y cuando se arranque, seguirá siendo difícil porque no va a ser igual que antes”.

Del otro lado del teléfono, una emprendedora propietaria de dos locales del rubro cafetería me comentaba: “Veo día a día como me estoy hundiendo, es terrible. Tengo el alquiler de dos locales, y mi principal preocupación son los ocho empleados, es no dejarlos en banda”. Le pregunto por los beneficios estatales, fueron unos de los primeros rubros en ser mencionados allá por el 18 de marzo, que se darían beneficios del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) y la respuesta cargada de enojo no se hace esperar. “El problema es que el gobierno nacional prometió muchas cosas que hasta ahora no cumplió. Se anunció lo de los REPRO, conceptualmente eran buenos porque te ayudaba a pagar los sueldos. Llenamos formularios, se hizo todo lo exigido, estábamos listos, se demoró el decreto y cuando salió, fue para empresas con más de cien empleados, así que ahí nos soltaron la mano y nos quedamos en banda”. Y me remata con algo que también será denominador común con las charlas que contaré en los próximos párrafos, “Se ha generado mucha desinformación. Para el comerciante común es muy difícil seguir todas las medidas de lo que se anuncia y luego no se concreta.”

Un amigo de muchos años que tiene una panadería y granja en un barrio, me comenta que “Teníamos dos clientes, los vecinos y el pasante por estar en una avenida. Los segundos desaparecieron y los vecinos, muchos ganan la diaria y ahora se han quedado sin ingresos. Entonces abrimos medio dia, el vecino se acostumbró y nos permite reducir algunos costos fijos pero estamos en un 25%”. Otro comerciante del mismo rubro me contó que tiene dos sucursales, trabajan principalmente con el movimiento del centro cívico, vienen del verano, los meses donde en esa zona todo se detiene. Puede abrir, pero no vende y tiene veinte sueldos que pagar.

Comercios, empleadores y empleados: dos caras de una misma moneda

FUENTE: entremediosweb.com

Miguel es comerciante, del rubro calzados, tiene su comercio en una avenida importante de Paraná, me decía: “No hemos vendido nada, pero no estamos en cero, estamos en menos treinta por los costos fijos que hay que seguir pagando. Estaba esperando que salga algo de ayuda y nada”. En estos primeros días de abril les pagó algo a los empleados, y después del diez les pagará lo restante. “Lo estamos haciendo con unos ahorros que teníamos. La cosa venía mal, el año pasado fue un año difícil para los pequeños negocios, y ahora esto”.

También hablé con una de las miembros de nuestro partido, es empleada de un comercio de la peatonal, me comentaba que todo esto les genera incertidumbre: “Estos días cobramos marzo y se pagó el sueldo completo Y avisaron no se sabe si el sueldo de abril va a ser así.” Me comentaba que es sostén de su hogar y tiene que pensar como hacer economía. “Produce angustia, porque uno tiene sus cuentas y gastos, y tengo que dejar de pagar algunas cosas para que quede algo para el mes que viene, por las dudas. Estamos preocupados los empleados. Y también uno entiende la situación de nuestros jefes, son empresas chicas, con alquileres y gastos que hoy no están vendiendo, parece que se desconoce la realidad cuando se dice que es hora de que algunos pierdan o ganen menos”

Tanto del sector gastronómico, como del comercio me manifestaron su preocupación de cara al proyecto que el oficialismo en Paraná presentó para la regulación la competencia desleal en la vía pública, legalizando manteros y venta ambulante de todo tipo. Les aseguré que de ninguna manera lo apoyaríamos. Que esta ordenanza se haga realidad, sería sumamente nocivo y ampliamente desprolijo.

Metalurgia y construcción con el crédito como opción

La charla con dueño de un local del sector metalúrgico comenzo asi: “No nos perdonaron nada. Cargas sociales, sueldos, ganancias, bienes personales. Todo lo que el gobierno te dice que te iba a dar, hasta ahora, nada de nada. Se ven políticas al tun tun, cuidan su quinta, en vez de mirar más allá. Yo hice una proyección y para arrancar de vuelta va a ser complicado. Voy a tener que pedir un crédito”.

“La vimos venir en enero, y ahí presentamos todos los requisitos para pedir crédito. Y eso hicimos, y con eso pagamos los sueldos.”, me comenta un empresario mayorista del sector corralones. Están trabajando a media máquina y con personal reducido, “El motor, en este rubro, terminan siendo los albañiles y arquitectos que movilizan las obras, que van a los corralones. Dependemos de que se mueva la construcción. Hoy no estamos despachando nada”.

Y acá aparece mencionada otras de las medidas anunciadas y quizas la unica que parece que arranco, créditos con una tasa “baja”, que es el 25% (en otras latitudes es usura), pero en nuestro contexto y con tasas hace un año superaban el 60%, parecen un regalo, o quizás como se preguntan algunos, un prolongar la agonía de un final ya anunciado.

Más sectores, las mismas preocupaciones y problemas

Algunos monotributistas que integran las categorías A y B recibieron lo que se denominó un “Ingreso Familiar de Emergencia”, de esto quedaron excluidos las demás categorías “superiores”, que componen muchos negocios donde sus dueños viven de la actividad y cuentan con ayuda de algún empleado. Sebastián es estilista y me comentaba: “Tengo una empleada, y no estamos trabajando, no estamos facturando. Sin embargo hay que pagar sueldo, impuestos, alquiler, y obviamente tener nuestra vida cotidiana, mantener una familia e hijos. Realmente nos sentimos desamparados. Por tener un monotributo en una categoría elevada piensan que nos podemos mantener, y no es así”.

También Santiago, del sector del transporte para viajes especiales me comentaba que “Como sector estamos parados. Veníamos de los meses de menor movimiento.” Me comentaba que en su sector hay muchos que son monotributistas como los transportes escolares, que la están pasando mal. Respecto a las medidas tomadas y los instrumentos estatales aseguró que “La facturación cayó un 80%, suspendimos el pago de todo los costos fijos que se pudo, planes de ahorro, impuestos, cargas sociales y proveedores para no comprometer lo poco que había de caja. Con lo que teníamos armamos un esquema para los próximos meses para garantizarles a los cinco empleados un ingreso. Lo único que se instrumentó es prórroga en el pago de las cargas patronales, un disparate. Prevemos un 2020 totalmente perdido, una buena soga sería que se implemente algo directo como beneficio a los trabajadores”.

Algunos, como se mencionaba en el párrafo anterior, están expectantes de entrar como beneficiarios de la Asignación Compensatoria al Salario, la ayuda incluida en el decreto 332/2020, para pagar el sueldo mínimo vital y móvil. Aún no hay nada implementado. Por otro lado, las provincias y municipios prorrogaron de pago de impuestos, algo que de oficio muchos ya no están haciendo y que lo único que hará será crear un problema a largo plazo, si es que las empresas y los comercios no quedan en el camino.

¿Qué hace falta para salir?

Seriedad, escucha real y soluciones integrales. Ponerse en el lugar del otro, de cada uno, y actuar con justicia. Tan simple como eso, o sea, la razón por la que existe la política: el Bien común. No hace falta abstraerse mucho para entenderlo. Soluciones para la cosa pública. No nuevos problemas. Si hay soluciones, acompañamos todos. Históricamente, ha ocurrido así.

Pasan los días, y los del rubro nos seguimos comunicando, a ver como la pilotea uno, o la pilotea el otro, qué pudo hacer, qué no pudo, o por dónde encontró algo que parece una salida. Pero así no es. Porque, para qué está el Estado, sino, para estar presente en la generación de escenarios y oportunidades que simplemente ayuden a vivir, a pesar de situaciones terribles como la pandemia.

Y ya lo dijeron los comerciantes y lo vivimos muchos: se necesita ser claro, pensar en todos y tener un norte. ¿Acaso una familia se ocupa de uno de sus integrantes y deja a los otros a la deriva? No, una verdadera familia se ocupa de todos a la vez. Porque no es la salud o la economía. Es la salud, la economía, la cuestión social, el ambiente, la justicia todo junto y a la vez. La preocupación y la acción tiene que ser siempre pareja en todos los ámbitos. Porque si a una mesa le falta una pata, se cae. Así de simple.


*Armando Sánchez es Presidente de Políticas para la República en Paraná. Candidato a Intendente en 2019