Una nueva terminal que genera más problemas que soluciones
Por Armando Sánchez
Construir una nueva terminal de colectivos en las inmediaciones del rulo del túnel subfluvial, es un proyecto que ha planteado el actual gobierno municipal y en el que han coincidido también desde la gestión que encabezó Sergio Varisco y otros candidatos y pre-candidatos a intendente. Pareciera ser una postura que atraviesa gestiones y demuestra además que los diferentes partidos que han gestionado el municipio tienen el mismo diagnóstico y que tienen la misma visión de ciudad. La política de sacar hacia las afueras de las ciudades las terminales de colectivos es una constante en muchas localidades argentinas gobernadas por los diferentes partidos políticos tradicionales, pero esto ha demostrado generar más problemas que soluciones a los vecinos y a quienes llegan o parten de la ciudad.
¿Se piensa en los automóviles o en las personas?
El gobierno municipal actual planteará ante la pregunta, de ¿Por qué ahí?, que esta ubicación se sostiene en estudios que mandó a hacer. Estudios que se desconocen los resultados de manera pública. Las teorías que defienden este tipo de ubicaciones, parten de un concepto de ciudad equivocado, basado en teorías racionalistas, donde prima la dependencia del automóvil, la dispersión hacia suburbios lejanos, la baja densidad edilicia y poblacional y la división de la ciudad en diferentes distritos y sectores con limitada combinación en los usos del suelo. En la práctica esta separación funcional hará que el ciudadano tenga que moverse de un extremo de la ciudad al otro según qué actividad tenga que hacer, segregando lugares donde vivir, donde trabajar, donde hacer compras y donde realizar actividades de esparcimiento.
En el centro de la escena está el automóvil, la máquina, y no la persona. Debido a esto, en este tipo de ciudades se ubican los centros de trasbordo, como lo es una terminal de colectivos, lo más lejos posible del centro urbano. En vez de generar un mejor flujo desde y hacia la estación uniendo a las personas, se separa la estación de la gente a la que tiene que servir.
Más desigualdad urbana
Esta visión ha sido puesta en práctica tanto en el mundo desarrollado, en los países comunistas, como también en aquellos en vías de desarrollo. El error trasciende ideologías y se basa en un desentendimiento que se tiene de las necesidades sociales, en especial de los más vulnerables.
Separar la estación terminal de las personas, a las que tiene que servir, obliga a los usuarios de colectivos interurbanos y de larga distancia a tener que tomar un taxi, ser alcanzado por algún pariente o amigo o moverse en el auto propio. Incluso más, pensando en los más vulnerables, esta ubicación tan lejana deja desvinculado al colectivo de media y larga distancia del tren, que es el medio de movilidad más sustentable. Dicha interconexión sólo se podría lograr con una ubicación que esté justamente pegada a la estación del ferrocarril y no a kilómetros de ella.